Colocación de la Primera Piedra del Catecumenium de la Parroquia de San Isidro Labrador en El Higuerón y futuro centro diocesano para el Camino Neocatecumenal.
El pasado 10 de diciembre del 2023 fue colocada la "Primera Piedra" de estas instalaciones proyectadas en el Estudio de Arquitectura dirigido por la arquitecta María Isabel Payer Ibáñez en un acto bendecido por Monseñor Demetrio Fernández, obispo de Córdoba.
En el acto fue enterrada un caja con planos generales del proyecto, una memoria USB con el contenidos del Proyecto de Ejecución, una tarjeta del estudio PAYER Arquitectura, una tarjeta de la empresa constructora Dopesur S.L., un ejemplar de la revista diocesana Iglesia en Córdoba, los periódicos provinciales publicados en el día de la fecha, varias monedas de curso legal, una fotografía de los hermanos de la segunda comunidad de la parroquia de San Francisco en misión en la Parroquia de San Isidro Labrador y la relación de hermanos de la Parroquia de San Isidro Labrador, a modo de objetos testimoniales.
PROPUESTA ARQUITECTÓNICA de Proyecto
Se parte de una idea proyectual de “edificio abierto” que invite al ciudadano a su interior y que al mismo tiempo se abra al exterior y a sus espacios limítrofes, siendo en este caso uno de los aspectos fundamentales.
Al igual que en todas las épocas, y más aún en el momento actual en el que nos encontramos, época de dispersión y de pérdida de identidad del individuo a través de la globalización y de los medios de comunicación, el proyecto va intentar aunar dos elementos y caracteres definitorios del mismo que van a dotar al edificio de una Riqueza Arquitectónica basada en el disfrute y la vivencia de los espacios desde el interior, no basándose en elementos meramente decorativos, sino en la definición y creación en sí mismo de un “ESPACIO” de gran valor arquitectónico en su propia definición formal.
Estos elementos son en primer lugar, la búsqueda de un edificio actual y funcional donde va a primar la espacialidad y la luminosidad y, en segundo lugar, la idea de establecer un diálogo y una conexión arquitectónica con las edificaciones religiosas tradicionales mediante características y matices que reflejen e inspiren la idea de lo divino, nuestro Señor.
Formalmente el Nuevo Edificio establece ese diálogo arquitectónico haciendo alusión al cielo, a lo divino, a “la luz”, mediante elementos de verticalidad y entradas de luz cenital.
En cuanto a la configuración interior de los espacios, tres han sido los aspectos fundamentales y definitorios del mismo, la luz, la ventilación y la amplitud. Se ha querido generar espacios de gran amplitud tanto en las salas y espacios principales como en los espacios previos de acceso buscando siempre un equilibrio entre lo sensitivo y la funcionalidad. Es por ello, por lo que en la distribución general se ha reducido al mínimo el espacio entendido como “pasillo” para crear un área de circulación y acceso a las salas con CARÁCTER PARTICIPATIVO, dónde en los momentos previos y posteriores a las celebraciones, los asistentes puedan disfrutar de estos lugares. Así, dichos espacios entendidos como atrios, se presentan en el nuevo edificio como áreas en las que existen asientos, elementos decorativos con vegetación y como ya se ha explicado, encontrando fundamentalmente la amplitud y la luminosidad.
Estos aspectos, luz y amplitud, se han conseguido creando un gran espacio definido a través de dos grandes patios ventilados, uno para cada una de las dos zonas en las que se divide la edificación. Ambos, con visión desde el acceso principal, recorren todo el edificio desde la planta baja hasta la cubierta permitiendo tanto la claridad desde todos sus puntos, como la visibilidad del edificio en su conjunto generando toda una sensación de espacialidad.
Este espacio, además de ofrecer vistas al exterior y dotar de luz al interior, permite obtener una CORRIENTE NATUTAL DE AIRE desde la planta baja hasta cubierta en las estaciones cálidas de primavera y verano mediante apertura del sistema oscilobatiente de parte del área que configura el lucernario.
Dichos patios que configuran los dos atrios de acceso, se encuentran comunicados mediante un corredor porticado en línea de fachada que también da continuidad a esa idea de apertura de los espacios hacia el exterior.
DEFINICIÓN DE LOS ESPACIOS del Catecumenium de San isidro Labrador en Córdoba
El edificio proyectado dispone todas sus estancias principales en la parcela de la esquina tal como requiere el programa establecido por la propiedad. Su diseño se organiza alrededor de un espacio central interior a modo de patio cubierto. Este espacio porticado presentará una elevación respecto al resto de la cubierta que permita la entrada de luz lateral y su cubrición horizontal ligera pues se ha tenido en cuenta las altas temperaturas que se alcanzan en esta ciudad.
De esta forma la entrada de luz al patio se conseguirá de forma indirecta al igual que su ventilación. Este espacio se proyecta con pilares circulares a modo de columnas que se elevan hasta un segundo nivel. Como elemento singular se proyecta una fuente bajo un óculo central que permitirá la entrada de lluvia y que de esta forma será recogida cómo gesto de agradecimiento a la vida.
La idea inicial de proyecto contempla la cubrición de estos patios para que su luz acceda de forma indirecta al interior dentro del plano vertical que genera la elevación sobre la planta, aspecto que también ofrece un singular diseño que a su vez caracteriza al edificio.
A través de este espacio se dará acceso a las diferentes áreas que configuran el Catecumenium. Se decide situar el salón comedor y cocina en línea de fachada para permitir su acceso desde el exterior. En el caso del comedor, se considera enriquecedor pues es la estancia cuyo uso presenta una mayor permeabilidad respecto al resto. En el caso de la cocina se considera necesario para poder abastecer de suministro a la misma desde el exterior sin tener qué acceder a las estancias más nobles.
Para dotar a esta fachada de mayor privacidad se proyecta una pantalla vegetal a modo de jardín delantero. Esta área de vegetación se proyecta en todo el frente exterior de la parcela dejando libre los dos accesos en la fachada principal y uno en la secundaria para abastecimiento de la cocina.
El diseño arquitectónico permite ofrecer permeabilidad a la zona de salón-comedor también desde el exterior, pero solo desde el espacio interior libre reservado para uso privado, consiguiendo con ello poder disfrutar también de la superficie exterior de la parcela.
La idea es crear una barrera arbórea en la zona curva para reservar el comedor, dotar de sombra y privacidad, y si se estima conveniente, facilitar la salida desde el interior a este espacio exterior de sombra creado para poder hacer uso del mismo en las celebraciones en las que el tiempo lo permita. De esta forma, en los huecos se disponen aberturas para dar salida a esta zona de carácter más social y abierto de todas las que constituyen el programa del Catecumenium, dejando un en un lugar más reservado los espacios litúrgicos vinculados al patio interior.
Por otro lado, y así se explica en la idea global del conjunto arquitectónico, el comedor podrá extenderse hacia el patio interior.
COMEDOR – EXTENSIÓN hacia el patio interior
EXTENSIÓN hacia la zona exterior de parcela protegida con vegetación
Dentro de la superficie de la parcela ubicada en la esquina, siguiendo con el programa del Catecumenium, se reservan los espacios de mayor privacidad a los espacios litúrgicos que constituyen las dos salas. Ambos salones se iluminarán y comunicarán por medio del patio central y su galería perimetral porticada a modo de atrio. Así, ambos espacios permanecerán en una situación más reservada dentro de la planta, favoreciendo un clima de participación eclesial.
Del mismo modo el Santuario de la Palabra quedará en un espacio privilegiado separado del comedor y en él se dispondrán huecos verticales de iluminación hacia la galería porticada de comunicación.
Según lo descrito, los tres salones que se van a construir dentro del conjunto edificado se proyectan dispuestos de una forma organizada, ordenada y limpia dentro de la planta, desde el más grande hasta el más pequeño, cada uno con la importancia que le concede el número de personas que lo ocupa.
El espacio de conexión entre ambas zonas del conjunto edificatorio se realiza por medio de una galería porticada hacia fachada, reservando así los espacios de las salas y conectando los dos grandes atrios configurados pos los dos grandes patios constituidos a modo de antesala.
La segunda zona que constituye la edificación se proyecta dentro de las dos parcelas contiguas al Catecumenium, y de igual forma, se proyecta el patio como atrio y como pieza organizadora de los espacios.
El gran salón de reuniones se proyecta hacia el fondo para aprovechar el máximo la dimensión de la parcela y se iluminará a través del patio interior y mediante la elevación del nivel su cubierta, de tal forma que permita entrada de luz en el frente y en el lateral de la propia parcela.
En el lindero de fondo el cerramiento circular dejará dos zonas cubiertas con techo translucido a modo de pérgolas que quedarán como espacios decorativos que permitirán una entrada de luz indirecta a ambos lados del altar.
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